¿Qué
es la ciudadanía? ¿Qué significa ser ciudadana o ciudadano? Existen, según Jelin,
tres ejes claves de debate sobre ciudadanía: En primer lugar, el debate
ideológico que intenta definir la naturaleza de los “sujetos” que se van a
considerar ciudadanos. Este eje se refleja en la visión liberal-individualista
que revisa la relación entre sujeto individual y sujetos colectivos. En segundo
lugar, el debate teórico que examina el contenido de los derechos del
ciudadano. Aquí se pregunta por derechos “universales” y se trata de aclarar la
relación entre derechos humanos, civiles, políticos, económico-sociales,
colectivos y globales. En tercer lugar, el debate político determina las
responsabilidades y compromisos inherentes a la relación ciudadanía-Estado, es
decir, las obligaciones o deberes ligados a la ciudadanía. (en: Jelin, Igualdad
y diferencia: dilemas de la ciudadanía de las mujeres en América Latina. Ágora.
Cuadernos de estudios políticos, año 3, Nr. 7: Ciudadanía en el debate
contemporáneo, 1997, p. 189).
Ser ciudadano o ciudadana significa para la
autora dos cosas: una, poseer un sentimiento de pertenencia a una comunidad
política; otra, obtener un reconocimiento de esa comunidad política a la que se
pertenece. La pertenencia y el
reconocimiento a una comunidad tiene deberes y tiene derechos. Las
denuncias sobre las situaciones y políticas sociales desfavorables para las
comunidades, las peticiones de nuevos derechos, el cuidado de los logros
sociales que parecen los más justos, las exigencias del cumplimiento de los
contratos sociales y la participación en la esfera pública son acciones, entre
otras tantas, que adoptan los ciudadanos o ciudadanas en la vida cotidiana. No
hay, dice Jelin en la entrevista, una única vía para convertirse en ciudadano. Adquirir una conciencia de ciudadanía se
relaciona directamente con la politización del individuo. El propio proceso
que implica salir a la esfera pública, de sentirse con derecho a estar en la
esfera pública, forma parte del proceso de construcción de una dimensión de la
ciudadanía.
La ciudadanía como el resto de los conceptos
o categorías socio-políticas son parte de un devenir permanente de construcción
y cambio. Jelin alerta contra el peligro de identificar la ciudadanía con un
conjunto de prácticas concretas –sea votar en elecciones o gozar de la libertad
de expresión, recibir beneficios sociales del estado o cualquier otra práctica
específica–. (en: Jelin, Igualdad y diferencia, págs. 193 y 194). Todas estas
prácticas ciudadanas forman parte de la noción de ciudadanía.
Ser
ciudadano y ciudadana significa, más allá de las prácticas concretas, tener, por un lado, el derecho de reclamar y por lo tanto salir
del plano subordinado. Por el otro, ejercer una “práctica conflictiva
vinculada al poder, que refleja las luchas acerca de quiénes podrían decir qué
en el proceso de definir cuáles son los problemas sociales comunes y cómo serán
abordados.” (Van Gunsteren, en: Jelin, Igualdad y diferencia, p. 194). Por
ejemplo, en Buenos Aires, en la época de la dictadura militar (1976-1983),
muchísimos jóvenes fueron torturados y desaparecidos. Las madres realizaron
manifestaciones en la esfera pública exigiendo justicia social. Este hecho
crucial de la entrada y presencia de las madres en la esfera pública no sólo
transformó el panorama de actores sociales, sino que incluyó en el debate
público la centralidad de los lazos familiares y de su importancia en la vida
de las personas.
Los movimientos de derechos humanos se
unieron a las Madres de la Plaza de Mayo y luego las Abuelas o los Hijos. El
ejercicio de la ciudadanía se manifiesta en la posibilidad de diálogo que debe
existir entre las distintas instancias de la sociedad. Las demandas tienen que
ser recepcionadas por alguna instancia y posteriormente discutidas, lo que no
implica que se resuelvan los conflictos por esta posibilidad de hablar y ser
escuchado. La contra-cara de la ciudadanía, dice Jelin, es la exclusión, es
cuando existen otros que no pertenecen a una determinada comunidad. Los fuertes
procesos de corte neoliberal remarcan la lógica de la creciente exclusión. La
ciudadanía plantea la posibilidad de la igualdad social (…). (en: Jelin,
Igualdad y diferencia, p. 193).
(…)
El campo general de investigación de la
autora guarda una relación permanente con las posibilidades de construcción de
ciudadanía en relación con los principios básicos de igualdad y diferencia:
¿Cómo reconocer diferencias y al mismo tiempo aceptar que necesitamos un umbral
básico de humanidad, un principio de igualdad?, dice Jelin en la entrevista.
Pensar en el concepto de ciudadanía implica pensar entonces en nuevos sujetos
individuales y colectivos con derechos: los emigrantes, las mujeres, las
víctimas de derechos humanos, o de pensar, por ejemplo, formas de familia que
no son aceptadas.
[*] marco conceptual sobre ciudadanía. (
resumen de las ideas de la teórica feminista Elizabeth Jelin en la página del
Instituto de Estudios Lationoamericanos de la Universidad de Berlin).
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